23 may 2008

Los Sistemas de Información Geográfica en OT, 2ª parte

Anteriormente se hizo una presentación de las herramientas y del uso que se le dio en el proyecto. Aquí hablaré de lo que son, en mi opinion, sus potencialidades, amenazas, y acabaré con unas conclusiones bastante subjetivas.

Se trata de herramientas con grandes potencialidades:

-Herramienta de generación de alternativas con facilidad para la integración de distintos criterios y su presentación (potencial como cartografía participativa a cierto nivel) y favorecer la participación de todos los agentes del territorio

-Herramienta para complementar los diagnósticos territoriales y estudios de evolución del territorio (situación actual y como se llegó a ella), incluso de previsiones. Favorece la comprensión de las interrelaciones entre distintos elementos del territorio (no sólo del medio físico, sino que también se pueden integrar económicos, sociales o institucionales, agregando la componente territorial y de relaciones espaciales).

-Derivado de lo anterior, son muy interesantes para la toma de decisiones estratégicas para las políticas de desarrollo territorial, si se alimentan bases de datos de todo el país.

-Muy interesante para el intercambio y difusión de datos geográficos normalizados (sobre todo empleando los metadatos, que vienen a ser como los “datos de los datos”, incluyendo fuente, grado de precisión, época de realización, etc.). Esto es un aliciente para la investigación en desarrollo de múltiples campos (agronomía, medio ambiente y biodiversidad, industria, minería, transportes, energía, recursos hídrios y un largo etcétera), creando un efecto de bola de nieve o círculo virtuoso. Esto se da con una generación de datos de calidad adecuada, con sus metadatos asignados, y que sean de acceso libre o al menos fácil. También se dan lugar a nuevos proyectos, como el que se hace desde el Laboratorio do Territorio de la USC apoyando al CIGMAT y tratando de difundir la importancia del ordenamiento territorial y sus herramientas en los procesos de desarrollo.

Pero también hay que enfrentar ciertas amenazas y dificultades de implementación:

- Excesiva tecnificación de los procesos, al incorporar elementos de tecnología muy concretos y especializados (en software y en hardware) Eso implica la posibilidad de crear dependencias económicas y tecnológicas, o de crear asimetrías con grupos que saben manejar y donde está la información, pero no lo difunden. También puede ocurrir que no se llegue a empoderar a los técnicos en el uso y mantenimiento de los SIG.

- Falta de homogeneidad en los datos, desconocimiento de origen y precisión (falta de metadatos), excesiva dispersión y en ocasiones difícil acceso por fenómenos de “huida de datos” (en los cambios de gobierno, por ejemplo).

- Fe ciega en todo lo impreso y lo generado por computadoras y de aspecto atractivo (fenómeno que se da en todos los sitios, pero en zonas con menos medios posiblemente sea aun más acusado). Eso hace que a veces se conceda mucha importancia a determinados documentos basados en datos muy generales, de poca precisión, y que no dejan claro su alcance ni escala (por ejemplo, los mapas para ser realmente operativos en ordenamiento territorial deberían llegar a escala de parcela, lo cual en general en los países empobrecidos no se puede dar por falta de catastro digital, lo cual es un grave handicap en lo operativos que pueden ser esos mapas, debiéndose tomar como referencias y realmente basarse en la normativa y criterios definidos que quedan también en el documento del Plan).

Dicho todo esto se puede plantear si el Ordenamiento Territorial no sirve, con sus mapas de colores a escala muchas veces no todo lo detallada que se desearía y generados por técnicos encerrados en sus torres de marfil. Como mínimo, al menos como herramienta para facilitar el mostrar resultados y delimitar zonas generales creo que es muy útil, aunque al final el resultado del plan de cogestión traducido en ordenamientos municipales y bajo las normativas de regulación específicas para cada actividad y zona propuesta, y sobre todo que con los talleres e incidencia se lo apropien las comunidades sería lo más importante. Pero el ordenamiento además recoge la visión más global e integral del territorio que muchas veces los talleres comunitarios no pueden dar (cada comunidad o microcuenca habla de sus propios problemas, el ejemplo típico en el valle del Río Viejo es querer motores para cada vecino para regar, dejando sin agua a las comunidades aguas abajo, por eso hay que ir ordenando integralmente desde la parte alta de la cuenca hacia abajo). Además, el enfoque de planificación de arriba a abajo (top-down) y el de abajo a arriba (bottom-up) deben encontrarse para llegar a un ordenamiento realista y que cumpla todos los atributos que se le suponen al ordenamiento territorial (ser holístico, flexible, sistémico, participativo y prospectivo).

En cuanto a la herramienta SIG en sí, para un proceso largo de trabajo lo ideal posiblemente sea usar herramientas sencillas, pero basadas en software libre y gratuitas, ya que el uso que se le dará no será excesivamente complejo como para necesitar funciones muy especializadas que sólo de software privativo, o de pago. Existen ya SIG de este tipo, que son realmente Tecnología Apropiada al no crear ningún tipo de dependencia económica, y aunque el pirateo en Nicaragua es lo más común (todo el mundo tenía ArcView), el transfondo filosófico debería imponerse.

En relación a lo anterior, el compartir la información generada e impulsar que las distintas administraciones e instituciones lo hicieran de forma que no se pierda y se creen sinergias, es tan importante como dedicar tiempo previamente a recopilar la información existente, depurarla y actualizarla (tanto porque ahorra tiempo como porque se da utilidad a procesos previos de estudios territoriales, sin dar la impresión de que sean inútiles y de que cada proyecto que empieza debe empezar de cero).

Por otro lado, sería interesante el combinar el uso de herramientas SIG en técnicas de cartografía participativa, combinándolas con las técnicas tradicionales.

Por último, hay que evitar que lo que es una herramienta se convierta en un fin, y no convertir a los mapas en “objeto de fe”.


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